Como presidente del comité, él supervisa el mantenimiento y la reparación del sistema de agua.

“Nuestro trabajo es mejorar el bienestar de la población y brindarles agua de alta calidad”, dijo Michael.

Nadie más en su comunidad había querido liderar el comité, y estaban a punto de entregar su sistema de agua al Gobierno cuando Michael se ofreció voluntario para ser presidente. Insistió en que la comunidad debería cuidar su propio sistema. Cuando Michael asumió este cargo hace dos años, realizó mejoras inmediatas en el sistema de agua que ayudaron a la calidad y fiabilidad del agua.

Hace un año, cuando Perú fue devastado por las inundaciones, todo ese arduo trabajo fue destruido.

“Al principio comenzó a llover lentamente, y luego comenzó a aumentar en fuerza”, dijo Michael. La lluvia no se detuvo por un mes.

“Todo se había ido”, dijo. “La lluvia no dejó nada. No se pudo hacer nada”.

La inundación destruyó 450 metros del sistema de agua de Pampas de San Isidro, dejando a la comunidad sin agua durante meses. Tenían que conseguir agua para beber, cocinar y bañarse en el río, el mismo río utilizado para lavar la ropa y los autos corriente arriba, dice Michael.

Debido a que la inundación había destruido las carreteras y aislado a su comunidad del resto del país, tardó un mes en obtener nuevas tuberías y suministros. Cuando finalmente llegaron los suministros, Michael y su comité no perdieron tiempo en hacer las reparaciones.

Con el apoyo de Water For People y la oficina de agua y saneamiento del distrito, y muchas horas de duro trabajo por parte de los miembros de la comunidad, Pampas de San Isidro reconstruyó su sistema de agua en dos meses. Michael dijo que lo reconstruyeron más fuerte que nunca y se cuidó de proteger la fuente de agua de futuros desastres.

Michael está decidido a que el sistema de agua de su comunidad siga siendo resistente a todo lo que ocurra en el futuro.